Vida
- AV
- 29 ago 2023
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 10 mar

~ Momentos intercalados en el tiempo ~
Y también están esos días. Esos que no tienen magia. Esos que nos piden que aguantemos. Esos en los que todo era confiar, abundancia , espiritualidad y plenitud se transforma en mierdas varias y dudas. Y vuelven algunas figuritas repetidas como miedos redundantes del pasado…
Y ahí hay que resistir. Ecuanimidad y templanza. Paciencia y perspectiva.
Eso también es Yoga y crecimiento. Que sí, que la suerte está a la vuelta de la esquina pero a veces las calles se vuelven un poco largas y se ponen oscuras.
Pero no te asustes. Ahí también hay llaves y amigos, que te reconduzcan, que lo estás haciendo bien, que no estás solo, que así es el camino. Que a veces también toca poner el pecho y seguir. Que eso también es parte del aprendizaje de la vida.
¿Pensaste que todo era tan fácil? No todo es siempre color de rosas…
Pero todo está bien. No entres en pánico, es solo una calle. Confiá en vos. Respira. Vos sabes que todo va a estar bien. Esos días son los que más aprendemos. Y por suerte, siempre volvemos.

¿Crees que es fácil viajar solo? ¿Crees que siempre reímos y disfrutamos dónde estamos? ¿Que siempre hacemos fotos de platos exóticos y ventanas que viven en los paraísos? ¿Qué los lugares siempre nos hacen felices? ¿Qué somos felices con lo que somos, con lo que deberíamos ser o con lo que el resto imagina que somos?
Hay momentos en vemos una hermosa puesta de sol y simplemente no tiene sentido. A veces simplemente no sabemos cómo continuar, o lo que estamos haciendo aquí. Simplemente no podemos salir de nuestras cabezas derrotadas, nuestros futuros inciertos, nuestros pasados dolorosos, los errores que queremos olvidar y lo amargo de nuestras fallas. A veces también simplemente estamos sin estar, sin presenciar, sin vivir, queriendo meternos en nuestra cama y nuestras sábanas y nos las de un hotel hermoso pero que no es nuestro. O en una playa paradisíaca o en medio de un lugar increíble, pero no es nuestro hogar.
A veces solo queremos huir, solo queremos a alguien que nos entienda. A veces queremos no estar tan solos , tener una vida normal y poder ocuparnos de ella. Quizás simplemente no sabemos o no supimos cómo. Tal vez eso es lo que buscamos a veces. Una normalidad que no nos ahogue. A veces simplemente nos hacemos más fuertes, seguimos soñando y nos cargamos al mundo.
”Y somos las mismas personas que nos sentamos entre aquellos que amamos y nos sentimos molestos. – Me escribo Riley en un mensaje de texto a la 1am, esos mensajes que no son mensajes sino sogas de rescate- Tuvimos la previsión de irnos. Para salir de la comodidad que nos hizo enojar y aburrir. Ahora, la madre que nos molestó nos hace llorar porque sus palabras son graciosas. Pensamos que lo sabíamos todo, luego nos sentamos solos durante tanto tiempo y nos dimos cuenta de que lo que sabemos es que necesitamos amor. No para siempre, no de una manera que dependamos de nadie, sino de una manera que podamos abrazar a nuestros seres queridos y darnos cuenta de que son especiales. Por supuesto, lo olvidaremos. Nos sentiremos cómodos y molestos muy rápidamente, pero es bueno recordar que las cosas que dábamos por sentado ahora las anhelamos. Es agradable dar un gran salto lejos de nuestra vida y mirarla desde la distancia. Para ver lo que te pierdes, pero también eso donde no quieres volver.
Y en el viaje encontramos personas que también se alejaron un paso de sus vidas, y nos quedamos uno al lado del otro, por un breve tiempo, mirando la puesta de sol, olvidando pensar y olvidándonos del mundo, mirándonos a los ojos y agradeciendo al pequeño yo asustado que se lanzó a lo desconocido"
Aquí Riley, un amigo. Gracias @thewandongchronicle.com por completarnos. Que afortunada de tener un Riley para compartir este camino de escritura e incertidumbres que es la vida. Hay seres que en nuestros caminos se vuelven hermanos-carne. Que nos entienden sin hablar, que parecen almas gemelas sin serlo. Que nos sostienen, nos animan y nos hacen ver nuestro propio valor cuando nos perdemos. Personas que te levantan como un ángel y te devuelven a tu lugar, o incluso más arriba de él. Simplemente si encuentras uno así trata de hacer todo lo posible para no perderlo. Los miedos compartidos son menos extraños. Se vuelven más amables y menos monstruosos. La complicidad de no estar solos en estos dolores nos permite reírnos un poco de ellos y liberarlos detrás de esa máscara donde los encerramos. Tal vez, en algún momento, ya no necesitemos más máscaras que oculten lo que no es necesario ocultar.
Gracias por leer ♡.

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